El pasado 23 de abril, la Federación de Rusia botó su submarino de propulsión nuclear K-329 Bélgorod en los astilleros en la norteña ciudad de Severdvinski (Arcangel) el mayor de su tipo y el primero armado con el letal torpedo nuclear robótico “Poseidón”. Este nuevo submarino aumentará considerablemente la capacidad de disuasión de la armada rusa y posiblemente le permita contrarrestar la expansión del escudo antimisiles de los Estados Unidos en torno a las fronteras de Rusia.
El Bélgorod las siguientes dimensiones: 184 metros de eslora y 18,2 de manga y tiene un desplazamiento en inmersión de casi 24.000 toneladas y puede sumergirse a una profundidad posiblemente superior a los 500 metros.
Este nuevo submarino ruso es capaz de desplazarse a velocidades de hasta 200 kilómetros por hora.
Las palas de sus hélices tiene un diseño especial y están construidas en materiales secretos que permitirían al submarino desplazarse con muy bajo nivel de ruido.
El Bélgorod se encuentra en periodo de pruebas por los próximos dos años, luego se incorporará a las flotas rusas del Atlántico Norte y el Ártico regiones donde la actividad de los submarinos rusos se ha multiplicado considerablemente en los últimos años.
El submarino gigante también tiene un minisubmarino de 180 pies equipado instalado debajo de él. Este minisubmarino tiene una tripulación de 25 hombres que puede emplearse para investigación, rescate y operaciones militares especiales.
La principal capacidad letal del Bélgorod proviene de su capacidad de transportar cinco vehículos nucleares robóticos “Poseidón” concebidos para destruir puertos y ciudades costeras que pueden recorrer hasta diez mil kilómetros a velocidades de entre 60 y 70 nudos (de 110 a 130 km/h).
El Poseidón tiene un largo de veinte metros, son propulsaos por mini reactores nucleares, y en su interior puede trasladar una ojiva nuclear de hasta cien megatones (o 100.000 kilotones), que pueden ser detonados bajo el agua para causar una suerte de “tsunami radioactivo” y amenazar las ciudades costeras con olas de hasta trescientos pies de altura.
Según el coronel retirado Viktor Barents, especialista militar del diario ruso Komsomolskaya Pravda, “un Poseidón lanzado a la línea costera del enemigo puede acercarse a la costa, apostarse allí y esperar la orden de atacar. Imagínese que seis Poseidon a la vez lleguen a una costa con una carga de megatones cada uno…”
La gran importancia del submarino Bélgorod radica en que no será un nave integrante de la Armada Rusa, sino que sus mando natural es el propio presidente Vladimir Putin, no el comando naval ruso.