El próximo martes 30 de julio, el pueblo de Marruecos celebrará con alegría y orgullo los veinte años de reinado del rey Mohammed VI, un período de prosperidad y plena vigencia de la democracia único en la historia del país magrebí.
Mohammed VI es el tercer rey de Marruecos desde el fin del colonialismo francés (1912 – 1956). Fue precedido en el trono por su abuelo Mohammed V y por su padre Hassan II.
Mohammed V fue el rey responsable de terminar con el colonialismo francés. Mientras que en el largo reinado de Hassan II (1961 – 1999) las energías del rey se destinaron a organizar el Estado marroquí y terminar con el colonialismo español, recuperando Sidi Ifni en 1969 y las provincias del Sáhara a través de la Marcha Verde de noviembre de 1975.
Mientras que a Mohammed VI le ha correspondido la reforma institucional de Marruecos para afianzar la democracia y asegurar la vigencia de los derechos humanos y al mismo tiempo impulsar el desarrollo sostenible y la prosperidad del Reino de Marruecos.
Durante los primeros diez años de su reinado, Mohammed VI ha privilegiado las reformas institucionales frente a otras cuestiones importantes.
Estas reformas fueron numerosos y transcendentales. Comprendieron, entre otros aspectos, la modificación del Código de Familia o “Mudawana”, la instancia para la Equidad y la Reconciliación, la Iniciativa Nacional para el Desarrollo Humano, la presentación ante Naciones Unidas de la “Propuesta de una Iniciativa para la Negociación de un Estatuto de Autonomía para la Región del Sáhara” y, finalmente la reforma de Constitución de Marruecos.
Sería muy largo detallar, aunque fuera someramente cada una de estas importantes reformas implementadas por el rey Mohammed VI en la primera parte de su reinado, pero si podemos mencionar cual fue el resultado que arrojó la implementación de estas medidas.
Comenzaremos por señalar que el Reino de Marruecos es el único Estado de los siete que comparten la región saharo -saheliana en el Norte de África (Marruecos, Libia, Egipto, Mauritania y Sudán) que no ha pasado por las Primaveras Árabes, la guerra civil, los golpes de Estado, las recurrentes crisis de gobernabilidad, los ataques del terrorismo yihadista y la sistemática violación de los derechos humanos.
El régimen político institucional vigente en el Marruecos por decisión del rey Mohammed VI es el que corresponde a una monarquía constitucional basada en la libre competencia de una pluralidad de partidos políticos que expresan la diversidad ideológica y confesional de la sociedad marroquí que se expresa periódicamente en las urnas.
Una monarquía constitucional donde las leyes surgen de un parlamento bicameral elegido por el voto popular y el Poder Ejecutivo goza de independencia para adoptar decisiones y emitir sentencias.
Un reino musulmán donde el rey Mohammed VI en su condición de “Amir al Muminin”, es decir, “Comendador de los Creyentes”, que consagra la Constitución marroquí, propicia una versión tolerante del Islam y protege a “todos los creyentes” sin distinción de la fe que profesan.
Esa vocación de tolerancia religiosa, el rey Mohammed VI la ha materializado a través de la creación de la Fundación Mohammed VI para los Ulemas y el Instituto Mohammed VI para la Formación de Imanes, Murchidíes y Murchidat, donde estudian becados religiosos islámicos prevenientes de diversos países africanos y europeos.
No menos relevante ha sido en estos veinte años la labor del Rey para impulsar el desarrollo sostenible y la prosperidad del Reino que ha convertido a Marruecos en una auténtica “puerta económica” de acceso a África para el mundo.
Una clara evidencia de ello ha sido la creación e implementación del complejo portuario e industrial de Tánger Med, en la provincia de Fahs Anjara (región de Tánger – Tetúan – Alhucemas) en un emplazamiento estratégico sobre las aguas del Estrecho de Gibraltar que atraviesan trescientos navíos por día, y a tan sólo catorce kilómetros de la Europa Comunitaria.
Tánger Med, con su capacidad de operar anualmente nueve millones de contenedores de veinte pies, constituye el puerto con mayor capacidad del Mediterráneo, de África y el segundo del mundo árabe después del puerto Rashid, en Dubái.
El Complejo Tánger Med se complementa con seis áreas industriales y logísticas que albergan a empresas exportadoras con vocación global.
Empresas multinacionales como Renault, PSA Peugeot – Citroën, Delphi, Exco Automotive, Siemens – Gamesa, Yakazi, Misui Kinsoku, Furukawa, Decthlon o Lear Corporation se han instalado en las áreas libres de impuestos de Tánger Automovile City.
Empresas y marcas textiles como Index, Mango, Zara, Amancio Ortega o el Corte Inglés tienen en las zonas francas de Tánger uno de los nodos de provisión de prendas. Hay cientos de pequeñas y medianas empresas y talleres instalados en Tánger Med con miles de personas (muchas de ellas mujeres) cosiendo y tejiendo prendas para las marcas de estas cadenas de distribución. Estos productos suelen emplear el modelo “Fast Fashion” que permite cambiar patrones con rapidez y adaptarse a la demanda del consumidor. España y Francia son los principales destinos de exportación para esos productos marroquíes.
Para complementar la conectividad de esta región, el rey también inauguró, en noviembre de 2018, la Línea de Alta Velocidad de Tánger – Casablanca, del tren “Al Boraq”, que reduce notablemente el tiempo de viaje entre estas dos importantes ciudades y proporciona un mayor confort a los pasajeros.
Complementariamente, Mohammed VI también ha impulsado desde 2013, el desarrollo de un “programa espacial marroquí” que ha llevado al exitoso lanzamiento de los satélites Mohammed VI A y B que posicionan al reino dentro del exclusivo club de países africanos con un programa espacial en activo.
Al mismo tiempo, Mohammed VI ha implementado una política comercial independiente buscando diversificar los mercados para la colocación de los productos marroquíes.
No sólo mantuvo el “Estatuto Avanzado” para comerciar con la Unión Europea y sus tradicionales vínculos con los países que integran el Consejo para la Cooperación del Golfo sino que realizó viajes de Estado acompañado de funcionarios y empresarios a China, India y Rusia firmando importantes convenios de cooperación con estos países que crearon oportunidades de asociación y abrieron los mercados de estos países para las exportaciones marroquíes y atrajeron nuevas inversiones para el reino.
Tal como puede apreciarse, el pueblo marroquí tiene muy buenos motivos para celebrar los primeros veinte años de reinado de Mohammed VI y al mismo tiempo desear que su rey continúe guiándolos por muchos años más.