La prolongada crisis venezolana se ha agravado notablemente en los últimos días. La Asamblea nacional ha decidido desconocer por ilegítimo y fraudulento el segundo mandato presidencial de Nicolás Maduro y proclamar al diputado y presidente de la Asamblea, Juan Guaidó como “presidente encargado del país”.
Nicolás Maduro, por su parte, contando con el apoyo de las Fuerzas Armadas se resiste a dejar el poder pese al repudio y desconocimiento de la mayoría de las democracias del continente, la Organización de Estados Americanos y algunos países de la Europa Comunitaria, denuncia la existencia de un golpe de Estado.
En las calles de Venezuela, en tanto, continúa la violencia entre chavistas y opositores. El miércoles 23 de enero, en diversos enfrentamientos murieron 13 manifestantes en Venezuela.
El agravamiento de la crisis en Venezuela ha impactado de lleno en la clase política argentina en pleno año electoral forzando a los precandidatos a tomar posiciones por uno u otro bando.
Esto se debe en parte, porque el país alberga a una numerosa diáspora venezolana de más de cien mil personas. Pero, también porque el régimen bolivariano ha sabido aprovechar los años de gobierno kirchnerista para enviar becarios y miembros de sus fuerzas armadas a realizar cursos de perfeccionamiento y estudios en Argentina. Estos becarios venezolanos, al mismo tiempo que recogían información sobre nuestro país, cultivaban relaciones personales de amistad en los medios académicos y de las fuerzas armadas y de seguridad.
El chavismo ha sido generoso con los políticos y activistas sociales que mostraban afinidad ideológica con el régimen de Caracas. Nunca faltaron para ellos invitaciones para participar de congresos y otros eventos en Venezuela. El chavismo distribuyó generosamente dinero para apoyar candidaturas en las elecciones. Académicos e intelectuales recibieron contratos para realizar asesoría en Venezuela. También hubo jugosas contrataciones para figuras populares. La participación de Diego A. Maradona y de Víctor H. Morales en Telesur son tan solo un ejemplo de esta captación de personalidades por parte del régimen de Nicolás Maduro.
El SEBIN, el activo Servicio Bolivariano de Inteligencia, habrá sabido aprovechar los relajados controles de la inteligencia argentina para instalar a sus agentes entre las organizaciones opositoras creadas por los emigrados venezolanos en Argentina.
La actividad de inteligencia chavista desarrollada con total impunidad durante años y el apoyo de las redes de inteligencia cubanas en el país, el ha permitido al régimen de Maduro reclutar una red de “agentes de influencia”, formada por académicos, intelectuales, periodistas, artistas, políticos y militantes sociales para defender sus intereses en el país.
Ahora, el presidente Mauricio Macri ha cambiado el alineamiento internacional de Argentina uniéndose a la mayoría de las democracias de la región reconociendo como legítimo presidente de Venezuela a Juan Guaidó.
Este reconocimiento y la evolución de los acontecimientos en Venezuela han forzado a los políticos locales definir también su posición con respecto a la situación en ese país.
Los tres precandidatos enrolados en el “peronismo alternativo” o “peronismo federal”, Sergio Massa, Miguel Ángel Pichetto y Juan Manuel Urtubey se pronunciaron contra Maduro y reconocieron a Guaidó como legítimo presidente venezolano.
Mientras que el kirchnerista Bloque de Diputados del Frente para la Victoria difundió un comunicado el miércoles 23, a las 19.00 horas, donde “repudia el intento de golpe de Estado” e insta “a que se llegue a una solución basada en el diálogo y la paz”.
Varios compañeros de ruta del chavismo en Argentina también expresaron su apoyo a Maduro.
El piquetero proiraní Luis D’Elia convocó a una movilización frente a la Embajada de Venezuela.
El Frente de Izquierda, a través de los legisladores Nicolás del Caño y Myriam Bregman, denunciaron la política de los Estados Unidos y de la oposición en la crisis venezolana, aunque sin explicitar su apoyo expreso a Maduro.
La exembajadora kirchnerista en Caracas, Alicia Castro y el escritor y exembajador menemista Jorge Asís, por su parte, condenaron el reconocimiento de Juan Guaidó por parte del gobierno argentino.
Más explicitó fue como siempre el futbolista Diego Armando Maradona quien manifestó a través de Twitter: “No voy a cambiar. Hoy más que nunca estoy, con el presidente Nicolás Maduro”.
Por el momento, Cristina Kirchner ha guardado silencio, pero nadie duda de sus estrechos vínculos personales y políticos con Nicolás Maduro.
La eventual desaparición de Maduro del escenario internacional sería un duro golpe a las aspiraciones presidenciales de Cristina Kirchner. La expresidente cuenta con la generosidad del bolivariano y su odio hacia Macri para obtener fondos para su campaña electoral y con el apoyo político del eje populista cubano – venezolano – boliviano para lograr una imagen de estadista internacional.
También para el boliviano Evo Morales la caída de Nicolás Maduro podría ser un problema. El presidente boliviano intentará este año aspirar a un quinto e inconstitucional mandato presidencial. La reacción internacional contra la reelección de Maduro también podrían producirse contra su eventual reelección.
Por el contrario, si Maduro logra mantenerse en el gobierno de Venezuela, empleará todos los medios económicos y su influencia política para apoyar a los partidos políticos y a las figuras que le son afines en la región. Incluso podría apoyar cualquier intento de desestabilización de los gobiernos que hoy le son hostiles.
Por lo tanto, lamentablemente lo que ocurra en Venezuela no se quedará en Venezuela.