La firme posición del Reino de Marruecos en defensa de sus derechos soberanos sobre sus provincias del Sur en el Sáhara ha obtenido un nuevo y trascendente éxito el miércoles16 cuando el Parlamento Europeo aprobó por amplia mayoría un nuevo acuerdo agrícola.
El legislativo comunitario determinó que todos los productos agrícolas y pesqueros marroquíes gozan de las mismas tarifas preferenciales provengan de cualquier parte del Reino incluidas las provincias saharianas del Sur.
Está decisión implica en el derechos internacional un claro y explícito reconocimiento de la soberanía marroquí sobre la región del Sáhara.
Así lo ha marcado exactamente el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación del Reino de Marruecos al declarar que en esta forma el Parlamento Europeo ha establecido que “todo acuerdo que abarque al Sáhara marroquí no puede ser negociado y firmado sino por el Reino de Marruecos en el marco de su plena soberanía sobre esa parte de su territorio”.
La aplicación de tarifas preferenciales a los productos marroquíes provenientes de las provincias saharianas había sido puesta en entredicho por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en diciembre de 2013. Cuestionamiento que ahora ha sido totalmente revertido por esta decisión del Parlamento Europeo.
Las relaciones entre Marruecos y la Unión Europea se encaminan a “constituir una asociación estratégica más estrecha, profunda y ambiciosa”, tal como lo ha consignado el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE).
La Unión Europea esta interesada en estrechar sus vínculos con Marruecos por diversos motivos. Entre ellos cabe consignar que el reino magrebí es una pieza clave de la arquitectura de seguridad comunitaria en lo que hace a la lucha contra el yihadismo radical y el control de los grupos criminales provenientes del Sahel y el Magreb.
Marruecos también juega un papel clave en el control de los flujos migratorios africanos con destino a Europa.
Por otra parte, el creciente liderazgo del rey Mohammed VI en los asuntos internacionales de África lo convierten en un actor clave de las relaciones África – Unión Europea y en la implementación de políticas de lucha contra el cambio climático.
Por último, la sólida gobernabilidad de que goza Marruecos es una excepción en el Norte de África siempre convulsionado e inestable.
Es por eso, que los intereses geopolíticos europeos han terminado por imponerse a los prejuicios y solidaridades ideológicas haciendo que la Unión Europea avance hacia el reconocimiento de la plena soberanía de Marruecos sobre su Sáhara.
El realismo europeo ha terminado por reconocer que ni Argelia ni el Frente Polisario son los socios confiables que Europa necesita en África.
La inmediata visita de la Alta Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Federica Mogherini, a Rabat para suscribir nuevos acuerdos económicos y migratorios es otra confirmación más de hacia donde se orienta la política africana de la alianza europea.