Señor Presidente,
He venido a peticionar a favor de la resolución pacífica del conflicto del Sahara en el seno de estas Naciones Unidas.
La gobernanza pacífica y democrática de un territorio implica la participación de todas las partes involucradas para garantizar que las prioridades políticas, sociales y económicas reflejen el consenso de la sociedad con inclusión de todas sus diversidades.
La duración del conflicto del Sahara y su actual statu quo inhiben la posibilidad de encontrar un camino al desarrollo sustentable. La naturaleza del conflicto es un factor que agudiza la inestabilidad de las regiones del Magreb y del Sahel, con las consecuencias de riesgo para la paz y la condena a estados de violencia y pobreza de sus poblaciones. Por el contrario, el logro de una solución política llevaría a una verdadera cooperación entre los países del Magreb Árabe y contribuirían a la estabilidad y la seguridad en la región.
El Sahara Occidental es marroquí por derecho histórico y tradición pero los intereses geopolíticos de Argelia determinaron el surgimiento del separatismo del Polisario. El asunto del Sahara Occidental es un problema artificial armado por Argelia para debilitar a Marruecos geográfica, económica y políticamente. Por eso la verdadera contraparte del conflicto no es el Polisario sino Argelia que se niega a tener un papel activo en la solución del conflicto.
La construcción de un diálogo de paz sólo puede asumirse en el ámbito supranacional de la ONU quien ha sido constante en generar iniciativas internacionalmente legítimas para garantizar el orden y la paz en el conflicto. Así lo certifican los diálogos diplomáticos con las partes del conflicto, los enviados del Secretario General al terreno, el involucramiento de la agenda del Consejo de Seguridad, las actuaciones de la Asamblea General y la propia MINURSO. Por tratarse de un conflicto basado en el principio de la integridad territorial, el principal escenario diplomático, político y jurídico donde se debe debatir la cuestión del Sahara Occidental son las Naciones Unidas.
En orden a las actuaciones de la ONU, cabe destacar que la Res 2414/18 del Consejo de Seguridad reafirma el compromiso de la Organización de ayudar a las partes a alcanzar una solución política justa y aceptable.
Por otra parte, la Resolución reconoce la respuesta mesurada de Marruecos a las provocaciones del Polisario en la zona de separación, y acoge con beneplácito los "serios y creíbles esfuerzos de Marruecos" hacia una solución mediante la Iniciativa de Autonomía que constituye una propuesta de justa, realista y viable.
En definitiva, la ONU orienta sus recursos con el fin de llegar a una solución realista y exhorta a los Estados vecinos, por lo tanto Argelia, a implicarse en la negociación sin condiciones para sostener que el proceso político llegue a buen término. Todos los demás ámbitos deberían converger para facilitar los procesos de la ONU. Organizaciones como la Liga Árabe, la Unión Africana y hasta la Unión Europea pueden aportar a favor de la gobernanza mundial mediante el apoyo a la solución de conflictos que corresponde a la ONU.
Por eso Marruecos está comprometido a cooperar con todas las partes bajo el auspicio de la ONU para hallar una solución política consensuada, negociada y definitiva, en el marco de la legalidad internacional; que garantice su integridad territorial y asegure a los habitantes la gestión autónoma de sus asuntos regionales, en democracia y con estabilidad.