La crisis del sistema político español, caracterizado en las últimas décadas por la alternancia del Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español, parece crear las condiciones propicias para que nuevas formaciones políticas lleguen al Palacio de La Moncloa.
Al menos así lo cree el Secretario General del partido populista de izquierda Unidos Podemos, el singular Pablo Iglesias
Recordemos que Podemos es un partido político español financiado por el gobierno de los ayatolas de Irán. Una agrupación que se ha caracterizado por defender al régimen dictatorial venezolano de Nicolás Maduro y a los terroristas del Frente Polisario.
Su Secretario General, Pablo Iglesias se caracteriza por la reiterada descortesía con que trata al rey Felipe VI y por practicar un descarado nepotismo impulsando la carrera política de su pareja la diputada Irene Montero.
Recientemente, la diarquía que conduce Cambiemos dio señales de su creciente aburguesamiento al adquirir un fastuoso chalé, de 660.000 euros, en un selecto vecindario de las afueras de Madrid. Seguramente, Iglesias y Monteros proyectan planificar desde allí la revolución proletaria que llevará a España al socialismo.
Mientras tanto Cambiemos se propone hostigar todo lo posible al débil gobierno del socialista Pedro Sánchez.
En una entrevista televisiva, Iglesias ha advertido que concederá tan sólo una “cortesía mínima” de tres semanas a los socialistas, luego se dedicará a amargarles la vida.
“Ha tardado 24 horas en olvidarse quien le ha hecho presidente”, reprocho Iglesias con resentimiento al nuevo Jefe de Gobierno debido a que no incluyó a miembros de Cambiemos ni a personas afines a la izquierda radicalizada en el nuevo gabinete.
Luego sentenció: “Normalmente el que se desgasta es el que está en el Gobierno. No hay Gobierno que no se desgaste, y pasar por Moncloa con el gobierno más débil de la historia de España probablemente vaya a ser un calvario para Pedro Sánchez.”
Para acelerar ese proceso, Cambiemos ha conformado un “gabinete en las sombras” que integran la mayoría de los miembros del Comité Ejecutivo de la formación anticapitalista, incluidos Iñigo Errejón, Juan Carlos Monedero, el economista Vincenc Navarro, el ex Jefe de Estado Mayor de la Defensa, Julio Rodríguez y la diputada gallega Carolina Bescansa.
Más allá de las predicciones y deseos de Iglesias, lo cierto es que la tarea de Pedro Sánchez no será sencilla ni agradable. Por primera vez gobierna en la Península un político que nunca ganó una elección y que incluso en dos ocasiones obtuvo las peores derrotas de un líder socialista (90 diputados en 2015 y 84 en 2016) y que sólo cuenta con 84 diputados de los 350 que integran las Cortes. Sánchez es también el líder de un partido que pierde adhesiones año a año, de elección en elección…
Los socialistas conducen lo que el periodismo español ha bautizado como un “gobierno Frankenstein”. Es decir, un gobierno que nació muerto y que sólo vive gracias aun cadáver (el PSOE) y los retazos de otros cuerpos (en este caso partidos nacionalistas vascos y catalanes que pretenden separar a sus regiones de España).
El PSOE no sólo debe preocuparse por la hostilidad de la izquierda más radicalizada sino también por los partidos de la derecha.
Tanto el Partido Popular como Ciudadanos parecen muy poco dispuestos a colaborar con los socialistas. Por el contrario, esperan que en el año y medio que falta hasta el final de la legislatura los socialistas se desgasten y pierdan aún más adhesiones. En especial de la clase media moderada propensa a cambiar su voto hacia la derecha.
Tan pronto como el Partido Popular renueve su conducción (tras la renuncia de Mariano Rajoy) y comience a superar las heridas internas dejadas por el caso Gütrel, la mayor trama de corrupción política de España que condujo a la cárcel a 29 personas comenzará a pensar en nuevas elecciones para retornar al gobierno.
Otro tanto hará Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, un partido de derechas más “aggiornado”, honesto y presentable, que los esperpénticos dirigentes, con tufillo a corruptos, del PP. Por el momento, Ciudadanos es la fuerza política con mayor respaldo social que aspira (al igual que Podemos) a salir ganador de la crisis y las contradicciones de un débil gobierno del PSOE para romper con el bipartidismo y proyectarse a La Moncloa.
El gobierno socialista, además, deberán hacer frente al separatismo intransigente de los catalanes sin el apoyo del PP o de Ciudadanos.
Este complejo cuadro de situación parece augurar que España se encuentra a las puertas de una seria crisis de gobernabilidad. En las próximas semanas veremos si Pedro Sánchez y los socialistas son capaces de campear el temporal.