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Estos últimos meses mi domicilio cambio de la ciudad de Capilla del Señor a Cambridge, Massachusetts 02138, EE. UU., mas conocido como Harvard University. Allí tuve la oportunidad de cursar “Historia Constitucional” y “Justicia aplicada”. Sin embargo, lo mas interesante no fue haber escuchado las clases de profesores de renombre internacional, o intercambiar puntos de vista con compañeros de clase de México, Gran Bretaña, Luxemburgo o Alemania, o experimentar la sensación de ser una chica de pueblo en Harvard, sino que lo mas interesante fue encontrar los fundamentos básicos de una sociedad que se centra en el federalismo mas puro, y en la cual se respira el respeto a las instituciones constitucionales.
Aquí me propongo realizar un breve punteo de cada aspecto sociológico que despertó mi interés en estos meses.
SISTEMA EDUCATIVO (UNIVERSITARIO).
Los Estados Unidos poseen en total 4.599 universidades a lo largo de sus 50 Estados, y es posible afirmar que cada una de estas instituciones es por si sola una ciudad autónoma, donde cada uno de los alumnos puede explayarse con amplia libertad, y donde expresar los ideales no es una conducta cuestionable.
El hecho de que los estudiantes vivan -en su gran mayoría- en el campus universitario facilita la pluralidad de ideas y el intercambio de ideas en cada sector de él. Fehacientemente puedo afirmar que no solo se aprende en las aulas, sino que también fuera de ellas, por ejemplo conociendo las distintas realidades que allí se concentran, conociendo historias de cómo fueron obtenidas las becas en los países de origen, conociendo a los hijos del establishment, y recorriendo los legados de ex alumnos como Barack Obama, Al Gore, Bill Gates, Franklin D. Roosevelt, Henry Kissinger, Mark Zuckerberg, entre otros, los cuales se respiran en todos los sectores de la universidad y en las aulas, esas aulas en formato auditorio donde rige el método socrático, y donde el dialogo con los profesores se entabla en el nivel académico más alto que jamás pude imaginar. La lectura de los textos, la discusión de los argumentos y la pregunta de los profesores: ¿Algún otro punto de vista?
SOCIEDAD Y ECONOMÍA.
La palabra estabilidad es la que define a la perfección el sistema económico de los Estados Unidos. Es impactante conocer de cerca el modo de vida de esta sociedad, y observar que con tan solo unos quinientos dólares, la comida, el transporte y la vestimenta quedan solucionados. Sin lugar a duda, lo mas sorprendente fue vivenciar que con tan solo veinte dólares uno puede vivir dos días. Adquirir este sistema monetario se me hizo costumbre, y al llegar a la Argentina, me costó adaptarme al hecho de que un simple menú en Mc Donald´s me iba costar casi el triple de los que lo había pagado por casi dos meses, y por sobre todas las cosas me costaría entender que con veinte pesos poco haría en la Argentina.
Viviendo allá pude comprender su dinámica diaria, a los pocos meses de “save money” es posible acceder a la famosa “hipoteca” y poseer una inmueble propio y el auto, la tierra del “american dream” no solo es la que vemos en las películas, sino que es la realidad mas pura, es la realidad cotidiana de quienes viven allí.
Ser argentino en un lugar como Harvard despierta interés por saber sobre la inestabilidad de nuestra historia, y por las similitudes con las instituciones. Ser argentino en los Estados Unidos, despierta curiosidad, y curiosidad de la buena, la cual te permite hacer muchos amigos y colegas.
INSTITUCIONES Y POLÍTICA.
Si bien, gran parte de la población de los Estados Unidos se encuentra en disconformidad con el resultado de las pasadas elecciones y otro porcentaje coincide ideológicamente con las posturas de Donald Trump, lo cual provoca una suerte de “grieta”, ello no impide que el aceitado sistema constitucional de frenos y contrapesos deje de funcionar, sino que por el contrario se encuentra mas vigente que nunca y pone un filtro a ciertas políticas descabelladas que pueden colocar a los estados unidos en aprietos con la comunidad internacional. Una de las dudas más grandes que mis amigos de Boston me han sembrado es ¿Cómo es posible que la Argentina posea instituciones similares a las nuestras y no logre que el sistema funcione? Lamentablemente es una respuesta que se puede encontrar en nuestra propia historia, como sugiere el historiador y vicepresidente del Banco Central de la República Argentina, ello se debe al carácter cíclico y circular de los sucesos que yacen y habitan nuestro territorio.