EL AUTOR
Hernán Vaca Narvaja (1968), es un periodista cordobés, escritor y docente universitario. Dirige la revista “El Sur”, editada en la localidad cordobesa de Río Cuarto. Es también autor de los libros "Ave César, la caída del último caudillo radical" (Narvaja Editor, 1995), "El Candidato. Biografía no autorizada de José Manuel De la Sota" (Sudamericana, 2001) y "Las cuatro muertes de Nora Dalmasso. La trama oculta del crimen del country" (Del Boulevard, 2008). Premios ADEPA Derechos Humanos (1997) y Rodolfo Walsh (2012).
Hombre de izquierda por adscripción, nació de un lado de la grieta que ha dividido a los argentinos por décadas. Su abuelo, el doctor Miguel Hugo Vaca Narvaja, es un desaparecido. Su padre Miguel Hugo Vaca Narvaja (hijo), apoderado del Partido Auténtico (Montoneros) y abogado defensor de terroristas, fue detenido el 20 de noviembre de 1975 y alojado en la Unidad Penitenciaria N°1. El 12 de agosto de 1976, fue ejecutado, con la pantomima de un intento de fuga.
Sus tíos Fernando y Daniel eran miembros de la organización terrorista Montoneros. Su tío Fernando hizo conocido el apellido Vaca Narvaja con su participación en la fuga de los guerrilleros detenidos en el Penal de Trelew y su posterior fuga a Chile.
Hernán tenía ocho años, el 23 de marzo de 1976, cuando integró el grupo de 26 personas que se asiló, en el mismo momento, en la embajada de México con sede en Buenos Aires.
LA OBRA
En 353 páginas Hernán Vaca Narvaja traza una importante semblanza no sólo de la vida y personalidad de Jorge Masetti, una figura trascendental en los primeros años de la Revolución Cubana por su participación de lo que posteriormente sería la agencia oficial cubana “Prensa Latina”, sino también de la forma en que la Cuba de Fidel Castro y el Che Guevara organizaron acciones terroristas contra diversos gobiernos latinoamericanos.
El trabajo de Hernán Vaca Narvaja es revelador por ser un autor de izquierda que no puede ser acusado de estar sirviendo intereses del capitalismo o del imperialismo estadounidense.
Por lo tanto, cuando Vaca Narvaja describe la forma en que los gobiernos de Cuba y Argelia financiaron, entrenaron y armaron a grupos a grupos terroristas para que vinieran a llevar a cabo un “guerra revolucionaria”, es decir una guerra civil con apoyo extranjeros, hay que creerle.
Las afirmaciones de Vaca Narvaja coinciden totalmente con lo revelado por Juan Bautista “Tata” Jofre en su libro “Fue Cuba: La infiltración cubano-soviética que dio origen a la violencia subversiva en Latinoamérica” (Ed. Sudamericana 2014) sobre la intervención de Cuba y los países del Bloque Soviético en la creación de focos guerrilleros en la región. Quien pretenda tener una idea clara sobre el patrocinio que los cubanos han brindado a violencia revolucionaria en América Latina deben leer ambos libros.
Vaca Narvaja nos dice claramente que en la creación del foco guerrillero en la provincia de Salta protagonizado por el autodenominado “Ejército Guerrillero del Pueblo”, en 1963, intervinieron oficiales del Ejército Rebelde de Cuba que participaron de acciones armadas en Argentina y mataron a un efectivo de la Gendarmería Nacional, financiamiento del gobierno de Argelia, apoyo del servicio de inteligencia de la República Socialista de Checoslovaquia y miembros del Partido Comunista de Bolivia.
Además, Vaca Narvaja nos habla de la intervención de Ernesto “Che” Guevara en los fusilamientos llevado a cabo en la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña. Estos fusilamientos muchas veces negados o minimizados son plenamente aceptados por el autor y hasta cita a Fidel Castro como aval de estos procedimientos.
“El 22 de enero -dice Vaca Narvaja-, en el salón Copa Room del hotel Habana Riviera, Fidel habló ante centenares de periodistas extranjeros. Reivindicó la justicia revolucionaria de los tribunales populares, defendió los fusilamientos en la fortaleza de La cabaña y acusó a las agencias de información norteamericanas de distorsionar la realidad para atacar al gobierno revolucionario: […] Y por eso, el número de castigados será incomparablemente inferior al número de víctimas, porque las víctimas fueron unos 20.000 y los criminales sancionados a la pena capital en ningún caso, según los cálculos, pasarán de cuatrocientos”. Podría decirse qué a reconocimiento de parte, relevamiento de prueba.
A demás del patrocinio cubano a la violencia revolucionaria en América Latina, el libro es sumamente revelador del papel jugado por periodistas argentinos (Jorge Masetti, Rodolfo Walsh, Rogelio García Lupo y otros) en la creación de Prensa Latina como agencia noticiosa independiente y como, tras la plena incorporación de Cuba al Bloque Soviético, los argentinos son paulatinamente expulsados de agencia noticiosa y la misma es transformada en un organismo estatal cubano.
Por último, el libro proporciona un detallado relato de la trágica historia de Jorge Masetti y su disparatada experiencia guerrillera en el norte argentino. También plantea una clara imagen de como la teoría foquista resulta un verdadero fracaso cuando no hay un trabajo político previo y, además, se ignoran las condiciones geográficas y demográficas del territorio donde se pretende operar.
El texto tiene una redacción clara y sencilla que hace agradable y ágil la lectura. Ideal para una lectura de verano que además proporciona información. El libro es esencial para quien desee completar su conocimiento de la historia y la política argentina del siglo XX. Muy recomendable.
Hasta se puede disculpar la patética hipótesis, plateada por Vaca Narvaja, de que Jorge Masetti y su compañero Atilio Altamira fueron fusilados por la Gendarmería y sus cadáveres abandonados en la selva. El cuerpo de Masetti habría sido identificado porque tenía un reloj Rolex en la muñeca. Aunque hubieran sido asesinados en la selva, ningún asesino abandonada un reloj Rolex….