La utopía independentista no sólo constituye un serio problema políticos sino que los problemas de gobernabilidad que genera están dañando seriamente a la hasta ahora próspera economía catalana.
Los catalanes están comprendiendo los efectos nocivos de sus devaneos independentistas. El independentismo catalán fue impulsado por sectores de izquierda (Junts Pel Sí, las CUP, etc.) que sostienen posiciones anticapitalistas y antiimperialistas. Si finalmente toman el control total de una Cataluña convertida en Estado independiente terminarán imponiendo un modelo castro – chavista. Y todos sabemos lo bien que funciona la economía en Cuba y Venezuela, además de lo prósperos y felices que son sus pueblos…
A Carles Puigdemont y sus seguidores le tiene muy sin cuidado las consecuencias económicas de sus temerarias políticas independentistas.
Pero, los empresarios catalanes han comenzado a sufrir sus efectos.
El daño económico que el proceso en favor de la independencia de Cataluña ha provocado en la economía española en su conjunto se ha traducido ya en un descenso de 0,3% en el PBI nacional. Pero, de mantenerse las tensiones separatistas, el PBI español continuará deteriorándose. En los próximos dos años podría registrar un descenso de hasta el 2,5%, perdiendo unos 30.000 millones de euros. En ese escenario, Cataluña entraría en recesión.
Según Josep Bou Vila, presidente de la asociación de Empresarios de Cataluña, dos mil empresas han abandonado total o parcialmente la Autonomía. Las actividades gastronómicas en bares y restaurantes han descendido un 30%. La hotelería perdió el 25% de sus ingresos y la mayoría de los establecimientos del rubro solo tienen reservas contratadas para el primer semestre de 2018.
También el sector inmobiliario recibió el impacto de la inestabilidad política. La compraventa de inmuebles para vivienda descendió un 50% y en un 20% las operaciones que involucran grandes superficies. Las operaciones vinculadas con locales para el comercio minorista descendieron un 11%.
El descenso de la actividad económica se tradujo inmediatamente en un mayor índice de desocupación en Cataluña.
Si algún día Cataluña terminara por independizarse de España perdería inmediatamente un 11% de su PBI, el éxodo de empresas se incrementaría aún más y la desocupación escalaría hasta el 30% de la población económicamente activa.
También se incrementará notablemente el boicot de los consumidores españoles a los productos originados en Cataluña una actividad que también preocupa en gran medida a los empresarios catalanes.
Es por ello que, en 2014, crearon la asociación de “Empresarios de Cataluña” para contener las acciones del independentismo. Empresarios de Cataluña agrupa actualmente a los 400 empresarios más importantes de la Autonomía. El pasado mes de octubre la asociación obtuvo el premio “Catalanes por España”.