La malnutrición es producto de una dieta deficiente o desequilibrada, es una condición fisiológica anormal causada por la ingesta pobre o excesiva de macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas, grasas) y de micronutrientes (vitaminas y minerales), esenciales para el crecimiento y desarrollo físico y cognitivo de las personas, afecta a todos los grupos de edad, pero algunos son particularmente vulnerables, sobre todo los niños (en especial entre los seis meses y cinco años, después del destete), las mujeres embarazadas y las que amamantan. A éstos se añaden personas de la tercera edad y con capacidades diferentes.
Cuando la malnutrición está provocada por un exceso en los alimentos que se ingieren, especialmente si los mismos son ricos en grasas pueden aparecer enfermedades como la obesidad, por el contrario, si está provocada por la falta de alimentos aparece entonces la desnutrición.
DESNUTRICION COMO ENFERMEDAD SOCIAL
La desnutrición considerada como una enfermedad de origen social, es la expresión final de la situación de inseguridad alimentaria y nutricional de una población y afecta principalmente a los niños. La OMS define la Desnutrición como la mayor amenaza individual a la salud pública mundial.
Entre las principales causas de la desnutrición se encuentran: el consumo insuficiente en cantidad y calidad de alimentos, ausencia o inadecuada lactancia materna, malas prácticas en alimentación complementaria, las enfermedades infecciosas y otros factores de riesgo como el bajo peso materno y el bajo peso y talla al nacer.
La desnutrición está relacionada con determinantes sociales como, el bajo nivel educativo de los padres, ingresos económicos insuficientes de la familia, condiciones insalubres de la vivienda, el hacinamiento, el bajo acceso a agua apta para consumo humano, el maltrato, el abandono, las necesidades básicas insatisfechas.
Se caracteriza por un deterioro de la composición corporal y alteración sistemática de las funciones orgánicas y psicosociales que en algunos casos son irreversibles.
Este tipo de malnutrición es particularmente perjudicial para los niños, afecta sus defensas y los deja vulnerables ante enfermedades de todo tipo, especialmente infecciosas, ocasionando además trastornos cognitivos.
No todas las formas de desnutrición son iguales, es posible distinguir las siguientes modalidades que esta enfermedad puede asumir:
Desnutrición Aguda: Está asociada a una pérdida de peso reciente y acelerada, bajo peso para la talla, debido a un bajo consumo de alimentos o la presencia de alguna enfermedad infecciosa o que haya producido una pérdida rápida de peso. Este tipo de desnutrición si se atiende rápidamente es recuperable.
Las manifestaciones clínicas de la desnutrición aguda severa son conocidas como:
Marasmo: Se caracteriza por atrofia severa de la masa grasa y muscular, el cuerpo la ha utilizado como fuente de energía, dejando “los huesos forrados en la piel”.
Kwashiorkor: Se caracteriza esencialmente por el edema bilateral (suele comenzar en los pies y piernas), disminución del peso corporal, enmascarado por el edema, puede estar acompañado de erupciones en la piel, además de cambios en el color del pelo (de color grisáceo o rojizo) los cuales están asociados a deficiencias nutricionales específicas.
Marasmo – kwashiorkor: Caracterizado por una combinación de emaciación grave y edema bilateral. Esta es una forma muy severa de desnutrición aguda y debe ser tratada urgentemente para evitar muertes.
Desnutrición crónica, asociada al retraso del crecimiento, prolongado y persistente (de larga duración) que afectan negativamente el crecimiento infantil, causa retraso en el crecimiento (altura baja para la edad) y emaciación (bajo peso para la altura).
Según el informe: Improving Child Nutrition: The achievable imperative for global progress.
• A nivel mundial, casi uno de cada cuatro niños menores de 5 años (165 millones, o el 26% en 2011) sufre desnutrición crónica
• Un niño con desnutrición entra en la edad adulta con una mayor propensión a tener sobrepeso y a desarrollar enfermedades crónicas.
• Tres cuartas partes de los niños con desnutrición crónica en el mundo se encuentran en África subsahariana y el sur de Asia. En África subsahariana, el 40% de niños menores de 5 años sufre desnutrición crónica; en el sur de Asia, la tasa es del 39%.
• En 2011, los cinco países con el mayor número de niños menores de 5 años con desnutrición crónica fueron: India (61,7 millones), Nigeria (11 millones), Pakistán (9,6 millones), China (8 millones) e Indonesia (7,5 millones).
DEFICIENCIAS DE MICRONUTRIENTES
Según la Unicef, la deficiencia de micronutrientes se produce cuando la persona no se tiene acceso a alimentos fuentes de éstos, tales como frutas, verduras, carnes y alimentos fortificados; en general, se debe a su alto costo o no están disponibles a nivel local, estas deficiencias de micronutrientes aumentan el riesgo de presentar enfermedades infecciosas y de morir por diarrea, sarampión, malaria y neumonía; las cuales, a su vez, son las 10 principales causas de morbilidad a nivel mundial.
Cuando no se aportan micronutrientes suficientes aparecen enfermedades como anemia por falta de hierro, vitamina B12 y ácido fólico; la deficiencia de vitamina A puede dar lugar a la xeroftalmia, desencadenante de la ceguera, es de las principales enfermedades motivada por carencia nutricional durante las hambrunas, además, incrementa la susceptibilidad a enfermedades infecciosas como las diarreas, el sarampión o infecciones del aparato respiratorio.
Puede ocurrir que una dieta con calorías suficientes pero deficiente en micronutrientes también ocasione enfermedades, como por ejemplo ha ocurrido en diferentes campos de refugiados que después de haber recibido durante semanas las calorías suficientes, una deficiencia de determinados micronutrientes ha provocado la aparición de enfermedades infrecuentes en el entorno, por ejemplo, el escorbuto, por carencia de vitamina C apareció entre los refugiados somalíes en Etiopía; la pelagra por falta de niacina en una alimentación basada en el consumo de maíz entre los refugiados mozambiqueños en Malawi, el beriberi por falta de tiamina en las dietas basadas en el arroz, entre los refugiados camboyanos en Tailandia.
En esta malnutrición se ve afectado principalmente el funcionamiento cognitivo de los niños, lo que les impedirá alcanzar su pleno potencial en la edad escolar, afectando así su futuro y disminuyendo sus oportunidades de empleo, perpetuando el ciclo de la pobreza de generación en generación.
El costo económico de la desnutrición y las deficiencias de micronutrientes se estima entre el 2 y el 3% del PBI mundial debido a su impacto en el desarrollo humano, la productividad y el crecimiento económico.
Son necesarios sistemas alimentarios sostenibles para satisfacer las carencias nutricionales de todas las personas.
MALNUTRICIÓN POR EXCESO
La malnutrición no siempre se produce por falta de alimentos, en algunos casos puede originarse por exceso de los mismos: son los casos de obesidad y sobrepeso.
La obesidad es una enfermedad que se ha generalizado en los países más pobres, la prevalencia mundial de sobrepeso y obesidad ha aumentado en todas las regiones, pasando del 24 a 34%, entre 1980 y 2008. Según datos de la OMS, casi dos mil millones de adultos tienen sobrepeso o son obesos, mientras que 41 millones de niños tienen sobrepeso o son obesos.
Es una acumulación anormal o excesiva de grasa perjudicial para la salud, puede ser consecuencia de un desequilibrio entre las calorías consumidas (demasiadas) y las calorías gastadas (insuficientes).
La mayoría de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad se cobran más vidas de personas que la insuficiencia ponderal.
"Las tasas alarmantes de sobrepeso y obesidad en América Latina y el Caribe deben convertirse en un llamado de atención a los gobiernos para que introduzcan políticas que aborden todos los tipos de malnutrición", afirma Eve Crowley, representante regional de la FAO. La región de las Américas tiene las cifras más altas de sobrepeso y obesidad en el mundo y las enfermedades crónicas no transmisibles se han convertido en la principal causa de muerte y discapacidad en la región.
Según un estudio, difundido por la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) y UNICEF, los chicos de bajo nivel socioeconómico tienen un 31% más de posibilidades de tener sobrepeso que los chicos de alto nivel socioeconómico, La investigación también señala que los adolescentes con sobrepeso tienen un 25% más de probabilidades de consumir tabaco.
“El principal aporte de la investigación es que corrobora que la obesidad y el sobrepeso en la Argentina son un problema con un mayor riesgo asociado a la pobreza, como también muestran estudios realizados en otros países, y desmitifica la idea de que la obesidad está asociada principalmente a los sectores de mayores ingresos”, afirmó Lorena Allemandi, directora del Área de Políticas de Alimentación Saludable de FIC en Argentina.
“Además de traer aparejadas graves consecuencias para la salud física, el sobrepeso y la obesidad están asociados a problemas psicosociales e implican una barrera para el desarrollo integral de los niños, niñas y adolescentes. Es por eso que la problemática se debe abordar a una edad temprana con políticas públicas diseñadas con una perspectiva integral con especial énfasis en la reducción de las brechas de inequidad social y la protección del derecho a la salud de los grupos más vulnerables”, agregó la experta.
El sobrepeso y la obesidad incrementan el riesgo de patologías no transmisibles, como las enfermedades cardiovasculares, diabetes, algunos tipos de cáncer, osteoartritis y representa una amenaza importante para la salud pública ya que se estima un aumento del gasto en atención sanitaria y una menor productividad económica.
Estimaciones recientes valoraron las pérdidas en las próximas dos décadas a causa de las enfermedades no transmisibles relacionadas con el sobrepeso y la obesidad a nivel mundial en 47 millones de dólares.
CONCLUSIONES
Aunque rara vez aparece citada como causa directa, la malnutrición está presente en más de la mitad de las muertes de niños.
Si bien la principal causa asociada a la malnutrición es con la pobreza, existen otras como, diabetes, bulimia y anorexia nerviosa, ayuno, coma, adicción a las drogas, cáncer, alcoholismo, depresión, otras.
Los métodos defectuosos de alimentación, tales como el no amamantamiento del lactante, elegir alimentos inadecuados o no asegurarse de que el niño haya comido lo suficiente, contribuyen a la malnutrición.
La estrategia de FAO para mejorar los niveles de nutrición se basa en la promoción de la agricultura y la alimentación y está centrada en las poblaciones vulnerables a nivel familiar y local, se centra además en la colaboración con diversos sectores, incluido el de la salud pública.
Son necesarios sistemas alimentarios sostenibles para satisfacer las necesidades nutricionales de todas las personas. La malnutrición, ya sea por deficiencia o exceso, afecta a todos los países del mundo, trabajar para combatirla es uno de los mayores problemas sanitarios a escala mundial.
El 1 de abril de 2016, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el Decenio de las Naciones Unidas de Acción sobre la Nutrición 2016 – 2025, ofrece la oportunidad sin precedente de luchar contra todas las formas de malnutrición.
El objetivo es lograr el acceso universal a intervenciones nutricionales eficaces y a dietas saludables, con sistemas alimentarios sostenibles y resilientes